¡Vaya, teamLab se las ha arreglado para convertir un terreno urbano demolido en una “exuberante pradera” y lo llaman arte! Ahora, en lugar de estar rodeado de cemento y escombros, puedes pasear entre la “lluvia” y el “viento”... todo, claro, dentro de un escenario cuidadosamente controlado. Y si tienes suerte y es mediodía, puedes subir una miniescalera y admirar un círculo arco iris (eso sí, sólo si el clima colabora, porque el arte, al parecer, también necesita permisos del sol).

La exposición, titulada *Field of Wind, Rain and Sun*, es la nueva joya en la corona de teamLab, que ya había hecho magia con terrazas de arroz antes. Esta vez, la misión era convertir el espacio de una fábrica en algo más “zen”. ¡Y lo lograron! Ahora es el sitio perfecto para tomarte un café, siempre y cuando reserves con anticipación, porque ya sabemos que la “serenidad” tiene un aforo limitado. 

Lo mejor es que, según ellos, las obras no son permanentes; dependen de su entorno. Así que, en resumen: ve y disfruta del espectáculo antes de que algún capricho del clima o un rascacielos lo arruine todo. ¡Pura poesía urbana!